viernes, 25 de abril de 2008

El test de 8

En el blog de Mapim he visto uno de esos tantos test que se publican en la blogsfera hoy en día. En este caso, el de las 8 cosas.
He decidido ponerlo acá; luego me cuentan que les parece.

8 cosas que me apasionan


1) Leer
2) Escribir
3) Escuchar Música
4) Ver películas
5) Caminar por mi ciudad
6) Utilizar internet (xD)
7) Compartir con mi madre todos los ratos que puedo (después de todo, le debo casi todo a ella)
8) Tocar la guitarra

8 cosas que quiero hacer antes de morir

1) Publicar un libro
2) Ver cómo Hugo Chávez se va de Venezuela
3) Asistir a un Mundial de Fútbol o a algunos Juegos Olímpicos
4) Ver toda la saga de Harry Potter
5) Graduarme y trabajar
6) Pasar una estadía larga en Europa (hasta ahora todas han sido de no más de 2 meses)
7) Volver a Venezuela a visitar a mi familia
8) Tener mi propia casa

8 cosas que digo seguido (se las pongo en español)

1) Oh, ¡Por favor!
2) ¿Tienes problemas? (sarcasmo)
3) Toma clases de adaptación social (sarcasmo)
4) ¡Dios Mío!
5) Así (cómo por ejemplo, "ni te vi venir, así"; "es muy complicado, así" etc...)
6) ¿Me estás jodiendo?
7) ¿Qué hay de nuevo por ahí?
8) Oh, pero qué divertido... (super sarcasmo)

8 libros que he leído últimamente

1) "Drácula" de Bram Stoker
2) "Fantasmas" de Chuck Palahniuk
3) "The Curious Incident of the Dog in the Night-Time" ("El Curioso Incidente del Perro a Media Noche") de Mark Haddon
4) "The Traveller" ("Retrato en Sangre") de John Katzenbach
5) "The New York Trilogy" ("Trilogía de Nueva York") de Paul Auster
6) "Manhattan Transfer" de John Dos Passos
7) "Dubliners" ("Dublineses") de James Joyce
8) "Rayuela" de Julio Cortázar

8 canciones que escucho una y otra vez

1) "Wonderwall", Oasis
2) "Mardy Bum", Arctic Monkeys
3) "(Just Like) Starting Over", John Lennon
4) "All These Things That I've Done", The Killers
5) "Bitter sweet Symphony", The Verve
6) "La canción más hermosa del mundo", Joaquín Sabina
7) "Eleanor Rigby", The Beatles
8) "The Scientist", Coldplay

8 cosas películas que me encantan

1) "The Pursuit of Happynes" ("En Busca de la Felicidad") de Gabriele Muccino.
2) "Match Point" de Woody Allen
3) "Closer" ("Llevados por el deseo") de Mike Nichols
4) "Abre los Ojos" de Alejandro Amenábar
5) "The Best Man" de Alex Pillai
6) "V for Vendetta" ("V de Venganza") de Alan Moore
7) "No Country For Old Men" ("No es país para viejos") de Joel y Ethan Coen
8) "Forrest Gump" de Robert Zemeckis

martes, 22 de abril de 2008

La mejor de Allen

No soy fan de Woody Allen, lo reconozco; pero he visto varias de sus películas.

Ayer, precisamente, me volví a topar con este señor, aunque esta vez me encontré frente a una verdadera Obra Maestra.

Mi novia me ha dicho que alquiláramos un film, y yo, en una suerte de caballero, la he dejado escoger.

-De Allen, sólo conozco "Annie Hall" y "The Purple Rose of Cairo", pero siempre me recomendaron "Match Point"- me dice, como pidiendo mi opinión, a la vez que me enseña la caja del DVD.

-Es drama, ¿no?... Digo, por la pinta... Vale, si es drama, seguro me gusta.- Respondo.

Pago y me dispongo a ir a casa, sin hacerme una idea de lo que iba la película, pues eso nunca termina bien.

Cuando finalizó el film, me he quedado estancado en el asiento.
No sé como explicar mis impresiones sobre esta Obra de Arte, porque en realidad es difícil describir algo que resulta ser perfecto de principio a fin, en todos los aspectos.
Te deja una gran lección de vida, con frases lo suficientemente fuertes como para hacerte detener un momento y pensar en ti mismo.

Es la primera película que Allen dirige fuera de su Nueva York natal, centrándose esta vez en la capital Inglesa, que, dicho sea de paso, pudo haber tenido cierta influencia en mi juicio sobre la película, debido a que siempre he considerado el ambiente en el que se desarrolla una histora como algo escencial para la misma, y Londres, en especial, es mi ciudad favorita.

A todo esto se le suma al calidad de actores que se prestan para los diferentes roles. Se meten bastante bien en el personaje, y logran hacer lo que muchos otros no han logrado: atraparte en la película.

Mi recomendación final es que, obviamente, vean esta excelente joya del Séptimo Arte, pero también que lo hagan sin predispocisiones. Al que no le guste Allen, que la vea como si fuese de Eastwood o Hitchcock. El que lo ame, por su parte, que la vea como si fuese producto de cualquier cineasta principiante.
Esto lo hago, porque me parece que con "Match Point", Woody experimenta y hace otro tipo de film que no había hecho antes, y es por lo que la manera en la que uno se mentalice antes de verla, juega una parte importante de la película en sí misma.

Después de esto, ¿se habrá convertido en mi cinta favorita?

El trailer (aunque no le hace justicia al film):




sábado, 5 de abril de 2008

Continuidad de los parques

El siguiente es uno de los mejores cuentos cortos que he leído en mi vida, por no decir el mejor.
Fue escrito, por quien considero ha sido el más grande escritor Latinoamericano de los últimos tiempos: Julio Cortázar.
Para la muestra, un botón:

Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer.

Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.